EL RECHAZO A LA CORRUPCIÓN CONSIGUE QUE ESPAÑA CAMBIE DE GOBIERNO
by JM Arrugaeta, Global Rights | 1 Giugno 2018 17:35
La pasada semana la Audiencia Nacional condenó a fuerte penas a los imputados en el llamado caso Gürtel, entre ellos a quién fuera por más de 15 años tesorero del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas.
En sus consideraciones los jueces establecen que este partido organizó y mantuvo una llamada caja B, desde 1985, adonde fluían fondos de una amplia corrupción, y desde esa caja se financiaba el partido. En la misma sentencia se señala que las declaraciones de varios testigos, especialmente la del Presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, carecían de veracidad. Además condenaron al partido al pago de más doscientos mil euros en concepto de beneficiario de los delitos juzgados.
La sentencia ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia social y política. Además unos días antes de hacerse público el fallo judicial fue detenido e imputado por corrupción, asociación criminal y blanqueo de dinero, el ex-ministro y ex-presidente de la comunidad autónoma de Valencia que en sus declaraciones policiales no solo reconoció los hechos sino que también dio nuevas pistas para seguir el interminable recorrido de corrupción del Partido Popular.
A la corrupción de PP hay que sumarle además la inestabilidad que supone gobernar en minoría, lo que le obliga a negociar constantemente temas fundamentales, como la posición frente el proceso soberanista en Catalunya, cuyas instituciones declararon una República independiente, ante la imposibilidad de dialogar con el Gobierno salidas políticas. La persecución policial y judicial a las autoridades catalanas ha tenido como consecuencia el encarcelamiento de varios políticos catalanes y el exilio de su propio Presidente, Carlas Puigemont, y varios de sus ministros, en diversos países europeos.
Lo mismo se podría decir de los presupuestos, paralizados durante meses, y aprobados in-extremis, por el apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a cambio de 540 millones euros en inversiones para este territorio, apenas un día antes de conocerse la explosiva sentencia.
La presentación de una moción de censura en contra del Presidente por parte del líder del Partido Socialista (PSOE) Pedro Sánchez finalmente ha sido aprobada este viernes con 180 votos a favor y 169 en contra. La aprobación de la moción de censura censura al líder del PP conlleva la investidura de Pedro Sánchez como nuevo Presidente de Gobierno.
Aunque el PSOE tiene solo 84 votos en el Congreso el escándalo de corrupción a tenido la virtud de sumar apoyos de grupos muy diversos como la coalición de izquierda Unidos-Podemos, los independentistas catalanes, el PNV y los independentistas vascos de EH-Bildu, y Coalición Canaria.
Ahora el nuevo Presidente tiene la complicada tarea de conseguir un apoyo estable y pactado con Unidos-Podemos y el PNV (que ya gobierna en coalición con el PSOE en la Comunidad Autónoma Vasca) y abrir al menos vías de diálogo y de relación política con los independentistas catalanes y vascos.
El nuevo Gobierno tendrá además que gestionar con uno presupuesto anual, ya aprobado, que tiene un fuerte contenido conservador, y abordar políticamente el complejo y delicado conflicto catalán (donde hasta ahora ha primado la represión y el uso de la justicia), y en un tiempo no muy largo la demanda de un nuevo status de relación con el País Vasco (que ya esta en fase de negociación y redacción en el Parlamento de ese territorio).
Durante los debates parlamentarios del jueves también quedaron claros los otros temas fundamentales de la agenda: Una lucha firme en contra de la extendida corrupción tanto en la política como en la administración, la recuperación de políticas sociales, y frenar la deriva represiva y judicial que ha imperado durante el Gobierno del PP.
Por si todo lo anterior no fuese suficiente además el nuevo Presidente deberá usar guantes de seda con su propio partido, especialmente con los llamados barones, el poderoso grupo de notables integrado por los dos expresidentes socialistas y sus lideres regionales, muy ligados precisamente a la “vieja política” que se ha criticado con dureza en el debate parlamentario.
El nuevo Gobierno dados los restos seguramente también tendrá un recorrido limitado, hasta la convocatoria de elecciones anticipadas. Ganando el tiempo suficiente para realizar una gestión política y económica de corte “progresista” que permita tanto al PSOE como a Unidos-Podemos abordar los futuros comicios en mejores condiciones, dado que las últimas encuestas apuntan a un notable crecimiento del derechista y pro-centralista Ciudadanos al calor de la crisis del conservador PP.
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